top of page

Resultados de la búsqueda

Se encontraron 45 resultados sin ingresar un término de búsqueda

  • El auge del retrato fotográfico y la consolidación de la fotografía en Colombia

    Por Pilar Suescún La historia más temprana de la fotografía en nuestro país debe revisarse alrededor del retrato, debido a que la gran mayoría de imágenes que se hicieron durante el siglo XIX son de este tipo. Los retratos de ese entonces estaban condicionados aún por las limitantes técnicas del daguerrotipo, cuyos tiempos de exposición prolongados llevaban a poses y rostros rígidos. La tendencia de la época era de decorados muy sencillos, con pocos o ningún elemento; paulatinamente se incluyeron telones de fondo, que empezaron a singularizar el trabajo de uno y otro fotógrafo. Título: Tomás Cipriano de Mosquera Creador: Demetrio Paredes Fecha de creación: Ca. 1870 Ubicación física: Museo Nacional de Colombia, Bogota D.C. Dimensiones físicas: 9,2 x 6,2 cm Tipo: Litografía Técnica artística: Copia en albúmina sobre cartón Recuperado de https://artsandculture.google.com/asset/tom%C3%A1s-cipriano-de-mosquera-demetrio-paredes/JQGiGvONdC97aQ?hl=es Para el momento se podían identificar dos tipos de fotógrafos en nuestro territorio: los llamados “fotógrafos transeúntes”, que eran extranjeros que comerciaban fotografías durante sus recorridos entre quienes se destacan Goni, Sagué, Emilio Herbruger y el italiano Vicente Pacini. El otro grupo de fotógrafos eran los nativos y los extranjeros que se radicaron en el país, como Julio Racines, los Escovar de Medellin, García Hevia y Gutiérrez Ponce. Entre este grupo el retratista más destacado fue Demetrio Paredes, llamado el fotógrafo del radicalismo liberal, y cuya obra marcó el inicio del uso político de la fotografía. Los retratos eran la única forma de sacar provecho económico de la fotografía, así que se copiaron las formas y estilos europeos, por lo cual se popularizó la tarjeta de visita, una pieza fotográfica de pequeño formato introducida entre 1855 y 1856, con la cual muchos fotógrafos se lucraron con imágenes de personalidades políticas de la época y de proceres de la independencia. Durante el decenio de los sesenta, se abrieron varios negocios de fotografía en Bogotá, pero también en Cúcuta, Cali, Medellín, mientras que en la costa pacífica itineraba Tomás Acevedo. Los fotógrafos defendían su trabajo como una de las bellas artes, sin embargo, el contexto comercial del oficio los llevaría a alinearse con artesanos, zapateros y sastres. Fue tal el auge del retrato fotográfico, que en 1865 Domingo de la Rosa ofrecía clases para quienes quisieran practicar la profesión. No faltaron los pleitos entre los fotógrafos que alegaban mejor técnica y calidad de los retratos, como lo muestra el anuncio de Baraya citado por el Taller la huella que dice: “Para juzgar si una fotografía es buena o no; para saber si un retrato es parecido a su original o no, basta con tener ojos que vean, aún cuando uno no sepa retratar ni todo, todo, lo relativo a la fotografía. Un buen fotógrafo es bueno i su fotógrafo lo es, cuando es parecido aquel a su original; pero cuando los retratos quedan como los que se hicieron en cierta época, de la señora madre del señor F. Pieruzzinni, o como los del señor NN, que tenemos en nuestro poder, apenas son regulares” (p.17). Es el retrato fotográfico el género que consolidó la fotografía en nuestro país. Los fotógrafos del siglo XIX inauguraron un uso comercial que sentaría las bases de un mercado que florecería años después con la popularización e industrialización de la fotografía. Fuente: ( Taller la Huella. (1983). Crónica de la fotografía en Colombia (C. Valencia (ed.)).

  • IALUNA 2.0: El retorno del jaguar, protector del corazón de la tierra

    Por Javier Vanegas Primero estaba el mar. Todo estaba oscuro. No había sol, ni luna, ni gente, ni animales, ni plantas. Sólo el mar estaba en todas partes. El mar era la madre. Ella era agua, era río, laguna, quebrada y mar. Así, primero sólo estaba la madre. La madre no era gente, ni nada, ni cosa alguna. Ella era Aluna. Ella era espíritu de lo que iba a venir y ella era pensamiento y memoria. Así la madre existió solo en Aluna, en el mundo más abajo, sola. Gerardo Reichel-Dolmatoff En noviembre de 2022, la UNESCO declaró como patrimonio inmaterial de la humanidad los saberes ancestrales de los pueblos indígenas Kogui, Arawak, Wiwa y Kankuamo, de la Sierra Nevada de Santa Marta, lo que incluye su cosmogonía, la cual representa el saber ancestral de los hermanos mayores; que enseña el debido equilibrio entre el hombre y la madre naturaleza. Pese a esto, la Sierra Nevada y la comunidad Kogui continúan amenazadas por distintas problemáticas: en los últimos años ha incrementado considerablemente el asesinato de líderes indígenas en la zona, sus territorios han sido usurpados por las empresas privadas y la hotelería ilegal, y los miembros de la comunidad presentan una muy elevada y riesgosa tasa de alcoholismo. La pérdida de sus montes sagrados empezó en los años setenta, con el cultivo ilícito de la mariguana, problemática que se acrecentó considerablemente en los años ochenta, cuando se dio una masiva producción del estupefaciente conocido como cocaína. Durante estas cinco últimas décadas, a sus territorios han llegado diferentes grupos armados y agentes involucrados con el narcotráfico en la región, lo cual ha causado innumerables pérdidas humanas, como consecuencia de la violencia, así como una enorme pérdida de los invaluables territorios sagrados y saberes ancestrales que estos pueblos originarios han resguardado durante siglos. Por otro lado, es interesante percibir cómo, en paralelo a esta violencia, la vida cotidiana de las comunidades Kogui y Arahuaco han sido permeadas por las tecnologías (dispositivos móviles, redes sociales, aplicaciones), las cuáles han entrado en un complejo diálogo con su sistema de creencias o incluso lo han modificado. Esta irrupción tecnológica ha hecho, por ejemplo, que los adolescentes idealicen estereotipos mediáticos ajenos a su entorno natural y que generen un deseo por el consumo desmedido de imágenes electrónicas, las cuales hasta hace muy poco tiempo no eran una prioridad en sus vidas cotidianas. El uso de estas tecnologías está transformando e hibridando de forma visible su sistema de creencias, alterando, en cierta medida, aspectos de su cosmogonía y creando nuevas formas auto representación. Así pues, es frecuente ver entre ellos el uso de aplicaciones como “Merlin Bird ID” o “Night Sky” en sus celulares, para confirmar-reconocer el nombre de las aves a partir de sus cantos o tener una relación táctil con los astros que configuran las constelaciones. No solo esto; su lenguaje también está siendo modificado paulatinamente por el uso de estas nuevas tecnologías. Ahora, en actos ceremoniales como los pagamentos, sucede ocasionalmente que se escuchan términos como “subir”, “cargar información” o “publicar encomienda”. Un fenómeno a través del cual muta la forma misma de relacionarse con las entidades superiores, al establecerse el empleo consiente de los término influenciados por plataformas de amplio uso en la comunidad (como Facebook, TickTock e Instagram), adaptados a su realidad particular. Pero la incursión de la tecnología no puede tildarse de negativa de una manera simplista. En una ocasión, el Mamo Agustín (mamo es, dentro de los kogui la persona que puede intermediar entre las fuerzas celestiales de los universos paralelos y los seres humanos) me comentó al respecto que “el celular es solo una herramienta, como puede ser un machete o un cuchillo y en la voluntad de acción se determina su función e impacto en el mundo”. IALUNA es un proyecto que integra las palabras Aluna (diosa y ser trascendental de la cosmogonía kogui, desde la cual se ha creado lo que existe, y que en su idioma significa “pensamiento” u “océano”), con la sigla I.A. (Inteligencia Artificial). Un nombre híbrido (nuevas formas de sincretismo) que pretende señalar este complejo diálogo. Un diálogo imprevisible, dadas las dimensiones múltiples que surgen de los cruces entre algunos elementos ancestrales de estas culturas, con aspectos sustantivos de la disrupción tecnológica, y sus posibles reverberaciones al largo plazo en este mundo mediado por la pantalla digital. La serie fotográfica ha sido realizada paulatina e intermitentemente durante varias e intensivas incursiones al interior de las comunidades, desde el año 2019, en la vertiente norte de la Sierra Nevada de Santa Marta. Pensando en esa impresión que en un principio me causaba ver los rostros hipnotizados de los niños al ser iluminados por las pantallas de sus dispositivos móviles en medio de la oscuridad nocturna de la sierra, donde la electricidad y el alumbrado escasean, estas imágenes me introdujeron a exploraciones sobre el acto fotográfico mismo, que modela a los cuerpos y las entidades a partir de la luz. A partir de esa primera serie fotográfica, empecé a imaginar un modo de integrar algunos de los elementos culturales de esta comunidad: por un lado, los usos rituales de la hoja de coca (jayo, en lengua kogui). La hoja de coca es un ser animado y constituye un pilar fundamental de su cosmovisión, y es vital para los rituales y trabajos espirituales; cuenta con altos componentes medicinales y sanadores, muy en contraposición a la estigmatización y violencia asociada alrededor del estupefaciente que de esta planta procede; la cocaína. Por otro, la importancia del tejido (goné). El tejido es para los kogui una imagen del mundo cosmogónico; el telar ejemplifica los cuatro puntos cardinales de sus centros ceremoniales, y los pone en diálogo con Serankua, el dios de la creación. De este modo, tejer es una acción que se ejecuta desde el pensamiento, y por medio de ella se materializan las construcciones de arquitectura liviana, las vestiduras y las mochilas, y se entrelazan las afectividades de la comunidad. Además de estas imágenes, inicialmente analógicas y capturadas con la cámara fotográfica, otras e-imágenes que las complementan han sido producidas sin hacer uso del dispositivo fotográfico: se trata de representaciones digitales, infografías, o “foto-síntesis” creadas a partir de palabras simbólicas, haciendo uso de un programa de inteligencia artificial (Dall-E). Las palabras o frases (prompts) utilizadas para crear las imágenes sintéticas fueron extraídas de los mitos y leyendas que constituyen la cosmogonía kogui. Esto con el fin de hibridar en una sola imagen la trascendencia espiritual de la hoja de coca y la tradición oral que ha sobrevivido a través del tiempo en los pueblos originarios de la Sierra Nevada. Las imágenes “foto-síntesis” obtenidas con la inteligencia artificial y la hoja de jayo buscan preservar la imaginería kogui, amplificando el conocimiento cosmogónico y ancestral de los hermanos mayores. Los hermanos mayores tienen un propósito vital en la Sierra Nevada de Santa Marta, que constituye su piedra angular en el mundo terrenal. Este llamado fue encomendado por su mayor deidad, Aluna. Consiste en la ardua pero bella tarea de recordar a sus hermanos menores (el hombre blanco) la vital importancia de cuidar y preservar los recursos naturales. Sus enseñanzas de pagamento y protección espiritual nos recuerdan que el sistema ecológico está en riesgo de perder su balance y equilibrio. Estas imágenes pretenden continuar amplificando y expandiendo el mensaje divino de los jaguares, protectores del corazón de la tierra; quienes solicitan amorosamente respetar, cuidar y proteger a la gran madre naturaleza, preservando el legado inmaterial que atesoran los corazones del pueblo indígena de nuestro territorio. Información de la exposición: Lugar: La Galería, Calle 77 # 12 - 03 Bogotá, Colombia Horario : 10:00 am - 6:00 pm de Lunes a Sábado Entrada libre al público hasta el 20 de mayo.

  • TRAGA MALUCA

    Por Andrea Kratzer Bogotá es mi traga maluca, mi tusa eterna, mi relación tóxica, mi amor platónico, la que adoro y me ignora, la que amo y no me corresponde. Mi obsesión por no dejar que se me olvide casi nada de lo que veo día tras día en esta ciudad, queda en estas páginas, atiborradas, como Transmilenio en hora pico, de instantes bogotanos que empecé a juntar sin imaginarme que algún día podría agruparlos en categorías arbitrarias y convertirlos en un libro. Estas fotos, hechas con cámaras digitales y celulares siempre obsoletos, forman parte de la colección de imágenes que he capturado desde hace muchos años en la ciudad donde nací. Traga maluca es un fotolibro editado por La Cimbra —comunidad de autorxs dedicados a la gestión, producción y autofinanciamiento de proyectos creativos—, que se publicó de manera independiente en noviembre de 2022 como resultado del registro fotográfico de imágenes de Bogotá llevado a cabo durante más de 10 años por parte de Andrea Kratzer, empeñada en conservar en fotos casi todo lo que puede de lo que se encuentra al salir a la calle. Después de depurar y clasificar tan extenso archivo fotográfico digital, el proyecto, que comenzó a editarse a finales de 2021, surgió como resultado tangible de la intención de compartir y socializar esta colección de imágenes no convencionales de la ciudad. *Agradezco a quienes me envían fotos que tomaron porque se acuerdan de las mías, o me comparten alguna que se encontraron en Internet porque les recuerdan las que he publicado en mis redes sociales. El libro está dedicado a todas las personas que pacientemente han tenido que parar, mirar atrás y devolverse a ver por qué las dejé hablando solas en la mitad de la calle.

  • LAS PRIMERAS HISTORIAS DE LA FOTOGRAFIA EN COLOMBIA: EL TALLER “LA HUELLA”

    Por Pilar Suescún Hoy presentaremos dos publicaciones fundamentales para la historia de la fotografía en Colombia que fueron resultado del esfuerzo del taller la Huella de Bogotá. FOTOGRAFÍA COLOMBIANA CONTEMPORÁNEA En 1978 Marcos Roda y Roberto Rubiano, integrantes del taller La Huella, publicaron este texto fundamental para la historia de la fotografía de nuestro país. En este libro de tipo compilatorio, se reunió lo mejor de la fotografía nacional, incluyendo nombres como Sergio Trujillo Dávila, Carlos Caicedo, Gertján Bartelsman, Nereo, Fernell Franco, Hernán Díaz, Viki Ospina y Jorge Múnera, entre otros. En el breve texto introductorio los autores señalaban: “es un primer intento de mostrar a qué punto el trabajo de fotógrafos nacionales han comenzado a elaborar una visión propia, fundamentada más en sus propios errores y búsquedas, que en las falsas vanguardias que se promueven por medio de las revistas extranjeras especializadas”. Vale la pena destacar que el texto incluye un apéndice al final titulado “mínimo archivo de la fotografía” que contiene la famosa imagen del Barón de Gros de la calle del observatorio, algunos retratos de estudio, una foto de Julio Racines con el grabado correspondiente que sería publicado en el Papel Periódico Ilustrado y una fotografía de familia, señalando allí un contexto histórico desconocido hasta el momento. El año siguiente publicaron una segunda edición con el editor Carlos Valencia. CRÓNICA DE LA FOTOGRAFÍA EN COLOMBIA 1841- 1948 En 1983 el taller La Huella publicó esta importante investigación, para la cuál a Marcos Roda y Roberto Rubiano, se sumó Juan Carlos Rubiano como parte del equipo investigativo. El trabajo se vio eclipsado por la monumental publicación de Eduardo Serrano apoyada por el Museo de Arte Moderno de Bogotá que se tituló “Historia de la fotografía en Colombia” y que acompañó la exposición del mismo nombre. En el boletín cultural y biográfico del Banco de la República Volumen 21, número 1 de 1984 se reseñan los dos libros y se dice al respecto “Pocos meses después de aparecida esta crónica, el Museo de Arte Moderno de Bogotá publicó un trabajo más aparatoso, mejor respaldado institucionalmente, con más fotografías, pero este libro de la Huella puede reivindicar el derecho de haber sido el primero y de ser el más coherente y serio de cuantos se han realizado en el país”. El texto reseña la forma como la prensa cubrió los primeros experimentos fotográficos en el país, presenta al pintor Luís García Hevía como el primer fotógrafo colombiano, introduce a las prácticas del retrato y el documentalismo, señala a Melitón Rodríguez como el fotógrafo de su tiempo, reflexiona sobre el uso aficionado y la popularización de la fotografía, además de referirse a la fotografía republicana y a la gráfica de prensa. EL libro también incluye fotografías del barón de Gross, García Hevia, Julio Racines, Demetrio Paredes, Melitón Rodríguez, J.N.Gómez, Benjamin de la Calle y Lunga entre otros. Las publicaciones del taller La Huella son de gran valor para la historia de la fotografía colombiana, pues dan luz a los pioneros del campo en nuestro país, así como a sus sentires e intereses. Las imágenes contenidas en ambos textos, hacen parte de nuestra memoria nacional, pero también hacen parte de la historia de la fotografía misma, por lo que vale la rescatarlos del olvido y darles el lugar que merecen.

  • Tangible ∞ Intangible*: Procesos de vida

    Por Fernando Cruz Florez Texto no curatorial sobre la exposición en Connecta calle 26. Edificio securitas costado Norte. Local 06 Gold 12 del Cam. Curaduría Juan Morales. Abierta de Lunes a Viernes de 11 a 6 pm. * Esta exposición entrelaza procesos realizados entre 1985 y el 2023. Se ha asumido con muchos riesgos en un espacio no tradicional y con pocos recursos económicos Diálogos. Luz, naturaleza, ciudad y humanidad. En mi infancia conocí y recorrí los humedales del occidente, allí había grandes lagunas donde habitaba una fauna muy diversa, su hábitat abarcaba los cerros occidentales y orientales, los cuales forman parte del ecosistema que se comunica con los páramos y los ríos Teusacá, Vicacha, Fucha, Tunjuelito y Bogotá. Tomado del instagram de Fernando Cruz Los páramos, los humedales y los ríos abrazan la ciudad, la contienen amorosamente, son la fuente de agua, aire y alimento de los habitantes de la ciudad, donde la parte rural y las reservas naturales son un todo que se afectan recíprocamente. Sur Oriente y Coque Hay imágenes que hice en los años 80 que dejan ver el desplazamiento de los campesinos a las ciudades, ellos llegan a habitar el sur oriente donde trabajan en los chircales, ladrilleras artesanales; con las piedras del lugar construyen los hornos y allí, sin tener la intención, hacen estás grandes esculturas donde cocinan los ladrillos. Estos lugares forman parte del patrimonio inmueble de Bogotá y cuentan la historia de la urbanización de la ciudad. Los hornos de Coque En medio de la naturaleza, en los límites de Cundinamarca y Boyacá están los hornos de coque, material que se usa para la generación de energía, los habitantes de esos lugares trabajan en las minas y en los hornos desde jóvenes. Los hornos afectan el paisaje, la economía y la ecología de la zona. Los frottages Sobre los frottages de los pisos de ladrillo vemos los fantasmas del humedal que secaron para construir el centro comercial unilago el cual lleva años hundiéndose lentamente. Bajo los ladrillos de unilago está oculto el parque Lago Gaitán, fue un sitio maravilloso en los años 50 el cual hoy sería un importante bien de interés cultural, el afán del “desarrollo” los llevó a desecar los humedales, para construir edificios, conjuntos residenciales y avenidas como la 68, la Boyacá y la autopista las cuales rompieron el corredor que habitaba la fauna y la flora entre los cerros orientales y occidentales. Las telas Las telas flotantes, que mueve el viento que cruza el espacio, muestran las panorámicas de la ciudad capturadas desde los cuatro puntos cardinales. En otras telas intervenidas (con taninos de hojas, cianotipo y con el frotage de las huellas de los ladrillos) podemos ver imágenes del Lago Gaitan, fantasmas de la ciudad, en conjunto con las formas que dejan las transferencias de los taninos, la clorofila, los pigmentos de las hojas y de las flores, las cuales revelan el aura de la naturaleza y el paisaje del gran ecosistema de la sabana de Bogotá afectado por la contaminación que produce la minería a cielo abierto, la fumigación de los cultivos y el caos del tránsito vehicular. Polvo eres El frottage del piso de ladrillos del Claustro San Agustín de Tunja. Los ladrillos de las iglesias coloniales ocultan siglos de historia ancestral de las culturas indígenas, sus lugares sagrados fueron destruidos por la barbarie de la colonización construyendo iglesias sobre ellos. En Bogotá en los tiempos de la colonia se derribaron los nogales, árboles sagrados para los indígenas y deforestaron los cerros orientales para construir sus casas y cocinar. La barbarie quedó en nuestra sangre y los criollos la continuaron canalizando los ríos, secando las lagunas y los humedales. La obra "polvo eres" fue hecha con ladrillos sin cocinar en la entrada del Museo de Bogotá, estos se deshacian con la lluvia y con el sol se secaban, adaptándose y transformándose en el tiempo. Es una alusión a una ciudad y a un país con cimientos morales, políticos y económicos inestables que están construidos con una mezcla de doble economía, doble moral y mucha corrupción. Hoy en día vivimos en una gran contradicción, por una parte se habla de la conservación del tesoro que es la selva amazónica para la humanidad y por el otro se deforesta con la ganadería, la minería y los laboratorios de cocaína. La cámara oscura y las fotos panorámicas de la ciudad. Este lugar es un maravilloso aparato, una gran cámara oscura que nos deja ver cómo la luz viaja miles de años luz transmitiendo imágenes, aquí se une lo exterior con lo interior, proyectando las imágenes cercanas de los edificios de Connecta, que dialogan con las fotos panorámicas de la ciudad, las cuales hice desde los cuatro puntos cardinales. En un día se puede observar la rotación de la tierra alrededor del sol, dentro de la cámara oscura hay una superficie que recibe y refleja las imágenes que trae la luz. Mirando hacia el sur oriente vemos como la luz nace sobre las montañas de la ciudad, luego tiene su máximo esplendor en el cenit y se oculta en el sur occidente. Luna nueva. Equinoccio. Marzo Abril 2023

  • HILANDO Y ATANDO FRAGMENTOS DE MI MEMORIA FOTOGRÁFICA - Entrega 2*

    Por María Esther Galvis *Sobre la charla en la Universidad Jorge Tadeo Lozano en agosto de 2015. Se presentará el escrito en 3 entregas. ¿QUIÉN ES UN FOTÓGRAFO PROFESIONAL? Durante muchos años en mi ejercicio docente no llegué a preguntarme si yo era una fotógrafa profesional en un país en el cual apenas se dictaban algunos cursos en muy pocas universidades que tenían facultades de arte, de comunicación o en escuelas de artes y oficios que empezaban a aparecer en Bogotá y en otras ciudades del país. Fotógrafo profesional significaba, en aquellos tiempos, haber estudiado en el exterior y particularmente dedicarse a la reportería gráfica en los periódicos del país, o trabajar en una agencia de publicidad, o en forma independiente. Era el trabajo de unos pocos. En la academia nos dedicábamos inicialmente a enseñar a los estudiantes a manejar una técnica aplicada al campo gráfico publicitario, pero sin la intención de graduarlos como fotógrafos. Por fortuna la docencia es hija del conocimiento y de la investigación y poco a poco se fue haciendo necesario adentrase en el mundo de la reflexión sobre la imagen fotográfica e ir desarrollando procesos investigativos más allá de lo poquísimo que se conocía sobre la historia de la fotografía universal y casi nada sobre la historia de la fotografía en Colombia. Como gran avance en las clases se introdujo la teoría, que en términos prácticos quería decir hablar muy someramente sobre la historia de la fotografía universal. Paralelamente, nuestros mayores, maestros fotógrafos, recorrían el país tomando fotografías en los diferentes géneros como se les denominaba: reportería gráfica, retrato, paisaje, naturaleza muerta, entre otros. Por fortuna sus archivos en la actualidad nos revelan la historia gráfica, artística, sociopolítica y económica de nuestro país. Hoy, cuando se ha consolidado una educación formal en el campo de la fotografía en los programas de artes visuales, artes plásticas, diseño, comunicación social, por mencionar algunos, la pregunta sigue siendo la misma, ¿qué se entiende por fotógrafo profesional? La respuesta tiene más que ver con si es necesario tener un título que lo acredite como fotógrafo, o, tener un buen portafolio y que sus imágenes den cuenta del talento, la creatividad y el manejo de la técnica y lo más importante, tener un pensamiento fotográfico reflexivo frente a la imagen. En el mundo académico y del mercado laboral en las diversas disciplinas, ser profesional es ostentar un título que lo acredite como tal. Es así que la experiencia profesional se cuenta a partir del día en que la persona se gradúa en una disciplina. Pero, en el ámbito fotográfico, ¿cómo se mide el ser profesional? Me atrevo a decir, que existen variables entre las cuales debe contar el talento, la disciplina, la educación visual, la experiencia en el campo de la fotografía, y el portafolio. Otro aspecto que se debe considerar es el campo de trabajo en el que se desempeñará el fotógrafo. Si desea incursionar en el mundo de la docencia universitaria, necesariamente le exigirán un título académico que acredite sus condiciones de estudios en fotografía, un portafolio de su creación fotográfica, publicaciones, exposiciones y una experiencia profesional, que será contabilizada, como lo dije anteriormente, desde el día en que se recibe el título profesional. En la fogosa era de la imagen digital, se podría decir que es más fácil hacer la diferencia sobre el fotógrafo profesional y el aficionado. El aficionado quiere registrar todo lo que pase por delante de su dispositivo digital. Es la mirada efímera, es el instante, es subirlo en algunas ocasiones a las redes sociales y que todos sus contactos conozcan estas imágenes, no tanto para que se aprecie su calidad como fotógrafo, sino en dónde estoy, con quién estoy, qué estoy haciendo. Todo es susceptible de ser fotografiado, todo es susceptible de ser banalizado. Incluso, algunas academias de enseñanza no formal de la fotografía anuncian cursos de la siguiente manera: “conviértete en fotógrafo móvil” cursos de 16 horas. El fotógrafo profesional debe ir más allá. Es aquel que se preocupa por conocer y estudiar la teoría, la estética, la técnica, tener una amplia cultura visual y así podrá determinar cuál es el momento para cada imagen. (VER LEY 20 DE LA FOTOGRAFÍA Y LA CAMAROGRAFÍA 1991)

  • MATERIAL : Un espacio de pensamiento, investigación y prácticas en fotografía y cultura visual

    Por Andrés Fóglia. A través del desarrollo de proyectos, exposiciones, laboratorios y una biblioteca especializada con 530 títulos, nuestro programa está enfocado en la revisión crítica de prácticas visuales de representación, con un especial interés en el poder de los dispositivos y la materialidad vibrante de las imágenes que construyen la mirada cultural. Queremos ser un articulador de encuentros entre profesionales de las artes y de la imagen, investigadores, estudiantes y ciudadanos, en un contexto intercultural y transdisciplinar de participación, experimentación y circulación. AQUÍ Y ALLÁ es una plataforma, un universo paralelo que va de un lugar a otro generando proyectos colaborativos y dinámicas alrededor de la fotografía. Tenemos el gusto de ser los anfitriones para su primer espacio físico, una librería especializada en fotolibros en Colombia y otros lugares del mundo. ¡Tod@s bienvenid@s! MATERIAL - Pensamiento, investigación y prácticas en fotografía y cultura visual Dirección: Calle 9 No. 8 - 93, Bogotá - Colombia Horarios: Jueves, viernes y sábados 11:00 am a 6:00 pm Síguenos y contáctanos en instagram: @material_bogota / @_a_q_u_i_y_a_l_l_a_

  • La llegada de la fotografía a Latinoamérica: El buque escuela L´Oriental Hydrographe

    Por Pilar Suescún Monroy Si te interesa la fotografía en Colombia, seguramente te encantará conocer este momento histórico que parece sacado de alguna novela de aventuras. Naufragio del Buque Escuela L'Oriental Hydrographe // [fotografía]. Sala Medina. . Disponible en Biblioteca Nacional Digital de Chile http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/bnd/632/w3-article-314372.html . Accedido en 18/2/2023. Esta es la historia del buque escuela francés L´Orientale Hydrographe, que zarpó de Francia el 25 de septiembre de 1839, y cuya tripulación eran jóvenes de las más ilustres familias francesas y belgas que iban tras la promesa de dar la vuelta al mundo. El L´Orientale y la fotografía Lo que ha hecho pasar a la posteridad al L´Orientale, es el hecho de que llevaban una cámara y todo lo necesario para la obtención de fotografías, con la intención de convertirse en el primer buque escuela en la historia marítima que usaba el reciente invento para obtener imágenes a partir de la luz, el cual fue llamado daguerrotipo como tributo a su inventor. El procedimiento inventado por el francés Louis Daguerre se había hecho público recientemente en la Academia de las Ciencias y las Artes de París el 19 de agosto de 1939, y algunos meses después se publicó un manual explicativo con el detalle del procedimiento. La cercanía del capitán del buque de Apellido Lucacs con Louis Daguerre puede ser el motivo por el cuál L´Orientale llevaba una cámara para daguerrotipia, y serían el mismo capitán Lucacs y un abad a bordo del buque llamado Louis Compte, los más asiduos experimentadores de la fotografía en la expedición. Tomado de http://britishphotohistory.ning.com/profiles/blogs/the-voyage-of-the-oriental-and-the-daguerreotype-in-portugal?overrideMobileRedirect=1 Fueron comunes las demostraciones de daguerrotipia en los puertos durante el viaje. La primera escala del buque en América, sería en el puerto de Recife en la bahía de Pernambucano el 4 de diciembre de 1839, sin embargo, se especula que el primer registro fotográfico pudo darse después, en el de puerto brasilero de Salvador. Uno de los primeros registros documentales sobre las demostraciones de la daguerrotípia que se hicieron en la expedición del L´Orientale, aparece en el periódico brasilero Jornal do comercio el 17 de enero de 1840 en la sección de noticias científicas bajo el título photographie, dando cuenta del interés por la fotografía que en adelante iría en aumento. La aventura del buque escuela terminó en aguas chilenas el 23 de julio de 1840 sobre las cuatro de la tarde, al chocar contra unas rocas y naufragar al salir del puerto de Valparaíso, sin embargo la semilla de la fotografía sembrada por ellos germina aún hoy en nuestros territorios.

  • HILANDO Y ATANDO FRAGMENTOS DE MI MEMORIA FOTOGRÁFICA - Entrega 1*

    Por María Esther Galvis *Sobre la charla en la Universidad Jorge Tadeo Lozano en agosto de 2015. Se presentará el escrito en 3 entregas. Hoy hace 176 años se patentó en París el invento de la fotografía y fue atribuido a Louis-Jacques Mandé Daguerre por la invención del daguerrotipo. No debemos olvidar que quién logró fijar por primera vez una imagen con persistencia tomada desde su ventana fue Joseph-Nicéphore Niepce en el pueblo de Chalon- sur-Saône, sur de Francia en 1822. El tiempo de exposición para obtener este registro fue de 8 horas aproximadamente. Intentar entender cómo se forma un pensamiento fotográfico en Colombia cuando ya se habla de la posfotografía puede sonar anacrónico. Pero valga la pregunta: ¿Qué es formar un pensamiento fotográfico? Podría intentarse comenzar por la pregunta, ¿cómo se forma el pensamiento en el ser humano? para luego sí tratar de entender, si es posible, cómo se llega a pensar la fotografía y cuáles serían los elementos que hacen que este pensamiento se forme. ¿QUÉ Y CÓMO FOTOGRAFIAR, PARA QUÉ Y PARA QUIÉN FOTOGRAFIAR? A partir del auge de la imagen fotográfica en nuestro país, hoy se cuenta con una enseñanza formal de la fotografía en las universidades y una enseñanza no formal en escuelas y talleres cuya tradición se remonta a la década de los años sesenta, en donde ya aparecen algunos fotógrafos de la época ofreciendo clases particulares en sus estudios y algunos de ellos creando escuelas especializadas en la enseñanza de la fotografía. Este auge del estudio y la investigación - creación sobre la imagen fotográfica ha llevado a que se profundice más y más sobre esta disciplina y hoy se cuente en el país con profesores, críticos, historiadores y curadores especializados en la imagen fotográfica. Además de contar con salas de exposiciones, galerías y museos que permanentemente exponen la obra de los fotógrafos y sus diversas tendencias. Salones nacionales de fotografía y eventos de corte internacional en donde se puede tener acceso a la multiplicidad de imágenes producidas por los fotógrafos de los diversos continentes. CC0 Para intentar formar un pensamiento fotográfico, obligadamente hemos acudido a los textos de nuestros pensadores europeos, norteamericanos, latinoamericanos, quienes nos han enseñado a pensar la fotografía, hecho que constituye ya una primera aproximación al desarrollo de un pensamiento fotográfico propio. A partir de allí cada fotógrafo será el encargado de formar su propio pensamiento teniendo en cuenta el talento, los intereses particulares con respecto de la creación de imágenes fotográficas y su posterior utilización. Pero, ¿Qué es pensar la fotografía? ¿La podemos diferenciar del acto mecánico de “oprima el botón que nosotros hacemos el resto”?, eslogan con el cual kodak en el año de 1889 industrializó la fotografía. Pareciera que con la irrupción de la tecnología digital de nuevo cobró vigencia el eslogan de Kodak puesto que el fotógrafo que utiliza una cámara digital, necesariamente tendrá que acudir para hacer las impresiones definitivas a un laboratorio especializado y dejar sus imágenes en manos del intermediario, para que “ellos hagan el resto” Los entornos que lograron agrupar a diferentes creadores de imágenes fotográficas en los diversos espacios llámense encuentros, galerías, fotoclubes, a mi modo de ver, en la generación de mis contemporáneos jugaron un papel fundamental en el desarrollo del pensamiento fotográfico. En aquellos espacios se creaban lazos que permitieron que cada uno de los que acudíamos a estos encuentros aprendiéramos de los otros, apreciáramos sus imágenes y comenzáramos a desarrollar un pensamiento crítico, una estética y un lenguaje propio. La comunicación y difusión de los eventos fotográficos se establecían a través del correo postal y de los medios impresos. Se debía estar pendientes de las carteleras de las universidades, galerías, centros culturales, periódicos, revistas, almacenes fotográficos, para estar enterados de dichos eventos. Este entorno fotográfico que jugó un papel muy importante en la formación de este pensamiento, lo clasifico en las siguientes categorías: La enseñanza de la fotografía Las publicaciones especializadas Los fotoclubes Las galerías especializadas La industria fotográfica

(CC BY-NC-ND 4.0) 2023 nuevafotografiacolombiana /// Los derechos de los textos e imágenes pertenecen a sus autores.  Las opiniones expresadas en los artículos son de responsabilidad exclusiva del autor. Las imágenes contenidas en el sitio se publican según la regulación colombiana sobre derechos de autor, ley No. 23 de 1982 (enero 28), y lo que se determina en el artículo 32 del capítulo III. 

bottom of page